La leyenda de la zanahoria


           A veces me pregunto porqué somos tan cotillas. A mucha gente le encanta ir contando cosas de los demás a sus espaldas sin pararse a pensar si con eso puede hacer daño, o lo que es peor, haciéndolo a sabiendas para fastidiar a otras personas.
      
      En algunas ocasiones los rumores pasan por tantas bocas que terminan alcanzando el nivel de leyenda urbana. En mi pueblo existía (no sé si todavía se hablara de ello) la leyenda de la zanahoria. Se decía de una chica que un día que estaba cachonda, para poner remedio a esa situación, cogió una zanahoria que había en la nevera y la utilizó a modo de juguete erótico, con tal mala suerte que se le rompió en medio del asunto y sus padres tuvieron que llamar a urgencias para extraerla. A mí me llegó este chisme siendo pequeña y ni siquiera recuerdo quién me lo contó. Ya de adolescente todavía había alguien que si pasábamos por su lado me decía en voz baja “mira, esa es la zanahoria”.
            Sinceramente, me parece que lo de la zanahoria se lo inventó alguien con muy mala hostia que le tendría manía por lo que fuera. El caso es que el rumor corrió como la pólvora por lo morboso del asunto.
            Creo que cada uno de nosotros llevamos un pequeño cotilla en nuestro interior, que alguna vez sale, pero como todo en esta vida lo importante es alcanzar el equilibrio.       Es cierto que alguna vez he cotilleado con alguien de confianza de otras personas, pero no hemos dejado que ese sea el eje de nuestras conversaciones.
            Lo malo es cuando se crean los típicos grupos. Pueden estar en cualquier sitio: en el trabajo, en la clase o incluso en la familia y su principal entretenimiento es hablar mal y juzgar a otras personas sin, la mayoría de las veces, conocerlas. Estos grupos suelen retroalimentarse y terminan hablando mal, no solo de los de fuera, sino también de los de dentro.
            Mi consejo es que os alejéis de estos grupos y desconfiéis de la gente que espera a que alguien no esté para ponerla verde, porque posiblemente lo hará con vosotros en cuanto os deis la vuelta. Esa es la mejor forma de no mojaros con una lluvia de tonterías.

6 comentarios:

Gente amargada que, a falta de vida propia, hurgan en las ajenas y que además, y siempre he pensado esto, creen que criticando y "despreciando" a los demás se van a sentir "superiores" (quizás porque, muy en el fondo, ellos mismos son conscientes de su propia mediocridad y tienen que aparentar que no es así).

"Dime cuánto criticas, y te diré cuan penoso eres".

Como bien dices, una cosa es la curiosidad y el mero "cotilleo sano", y otra el criticar con malicia o simplemente, el criticar por criticar (hay gente que en vez de respirar, necesita criticar para vivir).

Lo mejor con esa gente es pasar de ellos (cosa que les dará mucha rabia), no involucrase y dejarlos sumidos en su propia vorágine destructiva.

Un beso, me gusta como va tu blog.

 

Gracias, y que te ha parecido la leyenda?

 

Muy bien dicho!! Me recuerda a una peli que se llama GOSSIP RUMORES QUE MATAN, y también a un grupo de personas que conozco!! hay que hacer como dices y pasar de las malas influencias!!

 

La leyenda tiene tela, mira que hay que tener mala leche (y una imaginación perturbada) para ir diciendo eso de alguien.
Aunque si realmente le ocurriera eso a alguien, confieso que no me sorprendería mucho, viendo como están las cabezas...

 

Hace poco alguien que trabaja en un hospital me contó una historia similar a la leyenda de la zanahoria.Su relato era real pero inmediatamente, la empleada del hospital vió reprimido su intento de profundizar en el tema debido a la confidencialidad y la gravedad del caso. Lo que sí verificó con absoluta rotundidad, es que según su experiencia hay infinidad de casos en los que la gente se ve immersa en estos inusuales "accidentes domesticos".
Dicho esto creo que la información que se maneja sobre los rumores ( que son la antesala de la noticia) puede convertirse en algo que podemos mantener en secreto(por protección) o en contrapartida en algo que movido por los intereses del sujeto, puede ser algo muy destructivo para el entorno en que se difunde.
Yo me pregunto porqué algunas personas se centran difundir toda esa negatividad hacia los demás ( envidias,complejos,traumas no superados)y en cómo echan el ancla del tiempo ( su vida entera) en éstos sentimientos de los cuales no conducen a nada bueno ni te hacen crecer cómo persona.

Allá ellos...

 

Pues si, allá ellos.
Por cierto, parece que hay más gente de la que yo pensaba que hace uso al cien por cien de los beneficios de la fruta.
Un beso, y gracias por comentar.

 

Publicar un comentario